domingo, 31 de agosto de 2008

demasiadas sensaciones

Beijing, 14.09.05

La verdad es que sólo con aterrizar en Bĕijīng te olvidas de todo lo que imaginabas y presuponías de esta cultura porque es tan drásticamente nueva que requiere tu indivisible atención y aun cuando te entregas por completo, no alcanzas todo lo que te rodea. Así que no sé muy bien cómo contestar a todas aquellas preguntas que me podía plantear yo misma antes de venir ya que no sé cuáles eran (y éstas seguramente son algunas de las vuestras ahora desde España.) Sin embargo, intentaré contaros mi vida aquí y así haceros entender de la mejor manera posible todo lo que estoy absorbiendo día a día, sin poder acabar de atar cabos mientras surgen otros nuevos. No hay prisa pues esto es, en mi precoz opinión, una tierra compleja y de mezclas.

En parte, ‘no hay prisa’ es precisamente lo que hay aquí. El idioma es una canción y aunque parece que hablen rapidísimamente, lo que ocurre es que repiten sus frases mil veces, tantas que se hace imposible de entender hasta lo poco que sabes. Igualmente, en la tiendas, en las calles, en la gente cuando anda no hay prisa. No hay el barullo caótico de cualquier ciudad occidental donde un lugar en la acera es un premio. Aquí todo parece tener un orden y cada uno disfrutar de su lugar.

Vas por la calle y todo, todo es completamente nuevo. Empezaré por una mañana cualquiera.

Bien temprano por las mañanas, a las seis mas o menos, los parques están repletos de gente mayor haciendo “ejercicio” al ritmo de canciones típicas chinas, que son muy relajantes. Son hombres y mujeres. Ninguno baja de los 70 años. Su deporte consiste en mover los brazos y darse golpes por todo el cuerpo. Sigues andando por uno de los muchos parques de Bĕijīng, donde los árboles, la hierba y todo tiene un tono grisáceo y no defines la silueta a causa de la contaminación. Distingues decenas de hombres, también mayores, con jaulas cubiertas por una tela. Luego, tras descubrirlas, las cuelgan en los árboles para que sus pájaros estén en contacto con la ‘naturaleza’ mientras ellos hablan. Ellos hablan pero, al igual que muchas de las relaciones aquí, no son amigos. Pueden encontrarse cada día pero son meros conocidos. Comento como es la gente porque sólo la edad ya delata que aquí la diferencia entre las generaciones anteriores y la mía es abismal.

Mientras los ancianos siguen con sus costumbres, los adultos se dejan la piel en el trabajo (que ya va con la tradición china), pero en cambio, los adolescentes, a pesar de ser grandes trabajadores, ya no creen en las costumbres, en el Confucianismo, en la familia, en todo lo que les ha llevado a ser una civilización única. Para mí, ahora que estoy aquí, la mayor “preocupación” en cuanto a este país es que deje perder su identidad por aspirar a modernizarse. Así ha sido en los últimos 70 años, pero ahora que vemos que Hong Kong, Singapur, Taiwan y demás son países increíblemente prósperos y a su vez, tradicionales, ¿por qué no puede seguir con su civilización China?

A lo largo de estos diarios espero iros contando todo lo que nos tiene que aportar esta sociedad y manera de proceder, y sino al menos explicaros las ventajas y las desventajas de sus valores.

Actualmente, el Confucianismo está rechazado por la mayoría de la gente. Parece que todo el mundo niegue que gran parte de los valores y de la manera que tienen de hacer las cosas se deban a ello, pero en realidad, uno que proviene de una cultura opuesta, identifica su actitud con su tradición. ¿Que cuáles son estos valores? No es broma que “un trabajo de chinos” se aplique sólo a aquellos que han emigrado y han tenido que empezar de cero en otra sociedad, en otro país. Aquí la gente dedica una cantidad de tiempo, un esfuerzo y una perseverancia (sobretodo la tenacidad) nunca vista en Europa. Supera cualquier modelo y lo increíble es que es algo innato en ellos. Por ejemplo, cada dos tiendas hay una peluquería. ¿Para qué quieren tantas? Además, sinceramente, todos tienen el mismo pelo. Pues, parece ser que el trabajo que depositan en cada cliente y el tiempo que le dedican es tal que no dan abasto (a parte de que hay 15 millones de habitantes, además de los innumerables inmigrantes del campo chino).

Aparte de ser grandes trabajadores, son gente que le dan un valor intrínseco a la familia. Una vez más, el gobierno ha impuesto una ley que intenta disuadir el peso que la tradición tiene en esta sociedad. Hasta hace medio siglo el individuo era en relación a sus conexiones, a su familia básicamente, y su acción estaba destinada a beneficiar principalmente a la comunidad, no a lo personal. Un ejemplo simple es el hecho de que los apellidos precedan a los nombres, de que los nombres de los países precedan a los de las ciudades, etc., etc. Ahora, al estar limitado a tener un hijo, las familias se han hecho mucho más nucleares y desatienden a los abuelos y los ancestros. Con la aplicación del Confucianismo, la sociedad tenía un respeto y una consideración única por los ancianos, pero ahora sólo son personas que viven su aislada vida sin contar con la admiración de sus jóvenes.

¿Por qué la gente se avergüenza de su legado cultural?

Sin embargo, partes negativas, la tradición china tendía a menospreciar el papel de la mujer. Con la llegada de los comunistas al poder, la mujer se ha visto mucho más ensalzada a pesar de las ínfimas condiciones de trabajo de que ha gozado y de la costumbre patriarcal de esta sociedad. No es difícil advertir que por la mañana hay tanto mujeres como hombres en la calle, sin embargo, por la noche, todo son hombres y la mujer está en evidente desventaja si sale. Suelen pasear siempre acompañadas por hombres, las niñas, por supuesto, no quieren ni probar. De todos modos, a mí lo que más me impactó fue que cuando fui a la Gran Muralla, las personas que te perseguían para venderte postales y recuerdos de arriba y a abajo de la muralla eran todo señoras de campo de al menos 75 años. Ninguno era hombre, ni nadie era joven. Adivinad dónde está la juventud… pero, ¿y los hombres?

Así que el partido comunista supongo que ha revolucionado el papel de la mujer al igual que ha llevado a cabo otras muchas reformas positivas. Estas son tales como: la simplificación de los caracteres para alcanzar alfabetizar a la mayoría del país, la escolarización del campo chino, mejoría de condiciones de vida. Pero todo esto a coste de que…

Lo fuerte es que aquí la amnesia de los últimos 70 años está presente en la mente de todo el mundo. Nadie quiere hablar de la “Liberación”, ni de la Revolución Cultural, ni del Great Leap Forward… y menos aun, de Tian’anmen. Además, y por eso vaya pedazo de líder debía ser Mao, aquí no se le culpa por todos los desastres sino que se cree que, a pesar de que cometió un par de errores, la determinación de modernizarse pese a lo que fuere la tomó el pueblo, no sólo el líder. Por ello, e igualmente, dado el hecho de que la manipulación de las noticias es, incluso hoy en día, algo digno de experimentar, la gente cree que Mao era 70% bueno y 30% no tan bueno.

A pesar de esta pretensión de omitir un período catastrófico, sí reconocen puntualmente que hasta hace sólo diez años, no tener una foto de Mao en un lugar reconocido de casa podía ser motivo de detención y castigo. No bastaba con arrinconarla debajo de un libro en la mesa de noche. También saben, ahora, que las noticias de S.A.R.S en China de hace escasamente dos años no se divulgaban de forma real. En un hospital cualquiera de Bĕijīng había más casos de S.A.R.S de los que se declaraban en todo el país. Así que… la gente va abriendo los ojos a mayor flujo de información, al oeste, y para el gobierno todo esto supone, sin duda, un desafío a su poder.

Pero ahora ya termino, y espero en la próxima vez poder centrarme en algunos temas en vez de bailar de uno en otro. Pero al principio esto es chocar con un muro y es donde saltan las chispas más espontáneas. Pronto os mandaré más noticias, y más experiencias particulares.

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